El informe de primera mano de los Ministros Voluntarios de Scientology del trabajo del Equipo de Respuesta a Desastres de Haití

Cuando ella escuchó que la Iglesia de Scientology tenía un avión privado para llevar suministros médicos, médicos, enfermeras y ayuda voluntaria a Haití, Elena, una Ministra Voluntaria de Scientology y miembro del personal de la Iglesia de Scientology de Tampa, llamó a su hermana Michaela y reservó los billetes de avión para las dos en el vuelo del 16 de enero.

Ellas llegaron a Haití 5 días después del terremoto de 7.0 que destruyó la mayor parte de la ciudad de Puerto Príncipe. Con una carga llena de suministros médicos, el avión trajo más de 100 médicos, enfermeras y paramédicos para proveer el cuidado necesario urgente y un equipo de Ministros Voluntarios de Scientology para apoyarlos en su trabajo.

En cuanto tomaron tierra se pusieron a trabajar, los Ministros Voluntarios descargaron los suministros médicos con ayuda del personal militar.Yéndose a dormir a las 3 de la mañana, los voluntarios se despertaron al amanecer para comenzar su primer día en el Hospital General de Puerto Príncipe.

El hospital quedó completamente desestabilizado por el terremoto, se sacó a los pacientes al césped y a las aceras. Faltando el equipo más básico, suministros y ayuda administrativa, los médicos estaban luchando para salvar vidas.

Se asignó a Elena y a su equipo la unidad de cuidados intensivos. Resolvieron eso sin importar qué se necesitaba de ellos, iban a proporcionar cualquier ayuda posible para que los doctores y enfermeras pudieran salvar vidas.

La primera prioridad fue dar de comer a los pacientes: en el caos desde que ocurrió el terremoto, algunos de los pacientes no habían comido en 3 ó 4 días. Después fue ayudar de cualquier forma posible para preparar a los pacientes para ser intervenidos. Con los médicos trabajando sin parar en la sala de operaciones, habían pacientes que no pudieron recibir la intervención necesaria debido a la necesidad de rayos-x, así que los voluntarios organizaron el área y aceleraron el proceso, obteniendo los rayos-x necesarios para que los médicos pudieran operar.

Con los médicos trabajando en turnos agotadores de doce horas no había personal trabajando por la noche, así que Elena y su equipo trabajaban en el turno de la noche para que los pacientes siempre estuvieran atendidos.

“Nunca me había sentido tan orgullosa y humilde como ahora, al haber estado en Haití como Ministro Voluntario de Scientology”, dijo Elena. “Este era el equipo en el que podías confiar totalmente, cada uno de nosotros haciendo más de lo que jamás habíamos pensado que sería posible, trabajando exactamente con el mismo propósito: ayudar a la gente de este país”.